Estampas de Madrid (0062)
Lo bueno de ser fotógrafo profesional en una gran ciudad es que dispones de todo un universo para fotografiar con solo salir a la calle, algo que sucede en Madrid, como es mi caso.
Da igual que lo hayas planeado de antemano o no, te vas a encontrar con todo tipo de situaciones fotográficas en la vía urbana. Y con todo tipo de gente.
Ese es el gran tesoro de Madrid: su población. Vengan de donde vengan, lleven más o menos años viviendo aquí, sean residentes o estén de paso… se integran automáticamente en el particular ritmo de vida de la metrópoli.
Me considero un fotógrafo profesional de Madrid inquieto, al que le gusta plasmar a sus habitantes en su vida cotidiana siempre que puedo. Provengan del estrato social que provengan, de todas las personas que están asiduamente en la calle destaca su valor humano.
Cuando conversas con ellos detenidamente descubres su hondo valor humano. Por muy poco que tengan, siempre poseen un gran sentido de la supervivencia; una solidaridad que les ha dado la vida a la intemperie y los riesgos que ello representa, en muchos casos, para su seguridad física. Y un sentido del humor que no han perdido pese a su situación.
A ellos también les gusta disfrutar de estas fiestas que para unos pueden resultar entrañables mientras que para otros no pasan de ser una carrera consumista.
Como modesto fotógrafo profesional de Madrid que soy, no he querido dejar pasar la ocasión para hacer un homenaje a todos aquellos con los que, quizá, nos crucemos a diario sin prestarles la atención que se merecen.
Ellos también tienen el mismo derecho a disfrutar de la vida. No solo en estas fechas sino a lo largo de todo el año no debemos olvidar que hay gente que lo pasa mal. Que no vive en las mínimas condiciones deseables. Ayudemos a hacerles la vida lo más digna posible.