Me complace ser un fotógrafo de bodas barato porque me gusta mi trabajo y disfruto haciendo reportajes de boda a buen precio. Ajusto lo máximo posible mis tarifas porque prefiero tener que hacer más reportajes económicos al mes que alguno menos a precios más elevados.
La dedicación en la postproducción del reportaje de la boda es la misma que si mis tarifas fueran mayores porque lo importante para mí es que los clientes queden satisfechos; ese debería ser el lema de cualquier buen fotógrafo profesional, sea barato o no.
Además, hay una razón bien sencilla para que esto sea así: las parejas satisfechas con los reportajes de boda a buen precio sé que me van a recomendar a sus amigos y conocidos que se vayan a casar próximamente. Simplemente con que estos posibles futuros clientes vean la calidad y la cantidad de fotografías entregadas abro la puerta a conseguir nuevos clientes.
En cualquier reportaje que realizo, se trate de fotografía de congresos, bien de comuniones u otros eventos sociales, no escatimo a la hora de disparar si considero que la situación que se presenta ante mis ojos merece la pena conservarse en una imagen. Y es que, aparte de las situaciones clave, que nunca pueden faltar en un reportaje social, éste se enriquece mucho con los pequeños detalles que puedas aportar en tus fotografías, con los momentos que le diferencian de los demás reportajes de boda a buen precio.
Actitud
En todo enlace matrimonial se dan estas diferencias significativas que aportan carácter al reportaje de boda. Sólo hay que estar pendiente para captarlos. Se trata de no relajarse cuando has tomado la fotografía del corte de la tarta por parte de los novios, por ejemplo, y olvidarte de que siguen ocurriendo cosas interesantes en ese salón en el que se encuentran reunidos los invitados de la boda.