Hace poco trabajé de fotógrafo de rodaje en una película; bueno, exactamente era un cortometraje. La última vez que desempeñé esta labor había sido hace ya unos años. Y no fue en un corto, ni en una película, sino en una serie de televisión. Entonces, a este cometido de un fotógrafo profesional se le denominaba foto fija.
La labor de un fotógrafo de rodaje sigue siendo la misma que cuando se conocía por la otra denominación, que muchas personas todavía utilizan. Aunque en general ese tipo de trabajo sea siempre similar, cada rodaje presenta características distintas.
El corto en que he estado trabajando se titula “Laura y Lucía”. En principio iba a ser un trabajo de fin de grado pero, sin dejar de serlo, al final se convirtió en un rodaje plagado de profesionales del medio. El mérito de que así fuera ha correspondido a Cinescript, la productora que lo ha organizado.
Por ello, Adela Vélez, la directora del cortometraje, ha contado con un grupo de profesionales con experiencia. Más bien habría que decir con varios grupos pues, al haberse tenido que rodar en cinco días, de tres semanas distintas pertenecientes a dos meses, ha habido algunos cambios. Eso sí, el productor siempre ha sido el mismo; el ayudante de dirección también… e incluso el fotógrafo de rodaje (de lo cual me alegro).
Otra característica de este rodaje ha sido la paridad entre hombres y mujeres, tanto en el equipo artístico como en el técnico. Es más, algún día ha habido más mujeres que hombres. Y no por imperativo legal, sino por la valía profesional de quienes han participado.
La imagen superior corresponde a la fotografía de final de rodaje, que siempre hace el fotógrafo de rodaje. Está hecha en la Casona del asno, centro hotelero de Alcalá de Henares donde se ha desarrollado la práctica totalidad de la grabación. En ella se puede apreciar a sus dos protagonistas: Andrea Carrera y Cecilia Sarli con el equipo técnico que quedaba a las dos y media de la mañana, hora en que acabó el rodaje.
