Sí, existen las bodas sin fotógrafo. Como existen tantas otras cosas desnaturalizadas. A algunas nos hemos acostumbrado, como a la cerveza sin alcohol. Quizá porque los que la elaboran son los mismos profesionales que fabrican la cerveza con alcohol.
Desde hace algunos años, sobre todo desde que se extendió el uso de cámaras digitales, ha habido experiencias de este tipo. Algunas parejas que se iban a casar en vez de buscar un fotógrafo de bodas que fuera barato decidieron no contratar fotógrafo alguno.
Como la mayoría de las veces que una persona apretaba el disparador de una cámara conseguía una imagen que se dejaba ver, pensaron que sería una buena idea que las fotografías las hicieran los invitados. Así se ahorraban el gasto de contratar un fotógrafo profesional. Así nacieron este tipo de bodas.
La pregunta sería: ¿las fotografías tomadas por los aficionados que asistían a las bodas tenían la misma calidad que si las hubiera hecho un fotógrafo profesional de bodas, aunque fuera barato? La respuesta, evidentemente, era que no.
No me refiero a la calidad técnica de la imagen. Estoy hablando de que posea cualidades fotográficas. Es decir:
– Acertada elección del motivo
– Buen punto de vista
– Encuadre y composición adecuados
– Equilibrio de masas compensado
Y otra serie de conceptos que manejan lo fotógrafos profesionales de forma natural y no se conseguían en las bodas sin fotógrafo. Y es que hay ahorros que al final salen caros.
Siempre es preferible buscar un fotógrafo profesional de bodas que sea barato antes que quedarse sin recuerdos que merezcan la pena de vuestro enlace. Está demostrado que las bodas sin fotógrafo no son una buena solución para un presupuesto de boda ajustado. Ni si buscáis intimidad en la celebración. Los fotógrafos profesionales sabemos en qué momentos debemos permanecer en un rincón, ajenos a la fiesta.