La documentación de la destrucción del Bajo Manhattan que hizo el fotógrafo Danny Lyon pudo verse en PHotoESPAÑA 2020; en el museo ICO de Madrid.
Se trata de un ejercicio de preservación de una época. De un intento emotivo de preservar los últimos meses de unas calles que ese encontraban entre las más antiguas de la ciudad de Nueva Cork. Con edificios que habían visto cómo iban surgiendo rascacielos a su alrededor. La destrucción del Bajo Manhattan, que capturó para siempre el fotógrafo Danny Lyon de forma nostálgica y muy profesional, viene a ser la continuación lógica y complementaria al trabajo que hiciera en su momento Berenice Abbott sobre Nueva York.
En 1967 se demolieron más de veinticuatro hectáreas de la ciudad de Maniatan. A Danny Lyon lo que menos le importaba era el valor arquitectónico de los edificios desaparecidos. Solamente documentaría la destrucción del Bajo Manhattan que pudo, pues algunas zonas como el Trade Center estaban cercadas y fuertemente vigiladas.
El fotógrafo profesional no solo se planteó su proyecto como plasmación de las calles con las ruinas de los edificios. En La destrucción del bajo Manhattan también retrató el interior de éstos, recorriendo algunos planta por planta; apartamento a apartamento. Además, sus fotografías recogen retratos de algunos de sus últimos habitantes, de los saqueadores y de los obreros que trabajaron en las demoliciones. A éstos últimos, el fotógrafo les captura en plena faena y alaba su trabajo como muy profesional.
Sin conocer la obra de Danny Lyon, un sentimiento similar me invadió a principios del siglo XXI en Madrid, viendo cómo desaparecían barrios enteros. Algunos, barrios de infraviviendas, pero que reflejaban cómo habían aguantado hasta el nuevo siglo. Hasta que la zona en la que se encontraba interesó para hacer negocios inmobiliarios. A este proyecto fotográfico lo llamé Madrid preolímpica.
