La muestra sobre Provoke, una mirada fotográfica japonesa, ha sido una de las exposiciones más interesantes que presentaba PHotoESPAÑA 2020. Y eso que en esta edición se está ofreciendo la posibilidad de contemplar grandes propuestas de fotógrafos nacionales e internacionales.
La exposición que se pudo visitar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 25 de octubre no solo mostraba la obra de los fotógrafos profesionales relacionados con Provoke; sino que también se ofrecía la obra de fotógrafos que formaron parte de la agencia VIVO, claro antecedente e inspirador de la filosofía de la revista Provoke. En definitiva, mostraba la renovación del lenguaje fotográfico que se produjo en Japón entre los años 1957 y 1972.
Así, en la exposición se pudo disfrutar de la obra de fotográfica de Ikko Narahara, quien no comenzaría su andadura artística como fotógrafo profesional. Sus inquietudes le llevaron a la fotografía y su serie de fotografías titulada “Tierra humana” le lleva a ser uno de los fundadores de la agencia VIVO; inspirada en la fundación de la célebre agencia Magnum americana, pero con la intención de hacer fotografía documental claramente subjetiva, alejada del realismo naturalista.
Junto con Shomei Thomatsu (que por entonces se dedicaba a intentar ir más allá del documentalismo tradicional del fotógrafo profesional en exposiciones como “Los ojos de diez”), Eikoh Hosoe, Kikuyi Kawada, en la agencia VIVO sentaron las bases de lo que sería la revista Provoke.
Provoke (dicha revista) unió el trabajo de Yutaka Takanashi, Takuma Nakahira y Daido Moriyama con Shomei Thomatsu, figura fundamental de esta época de la fotografía. En los reportajes de las revueltas estudiantiles del barrio de Shinjuku de Tokio buscan atrapar las sensaciones, intención muy alejada de las del fotógrafo profesional anterior al nacimiento de Provoke.
Reseñas
Todas las obras expuestas pertenecen a la Colección Per Amor a l´Art, a excepción de las de la fotógrafa Toyoko Tokiwa (de la generación de VIVO) sobre lugares de prostitución. Con dicha autora enlaza la obra de Tamiko Nishimura (fotógrafa posterior a Provoke), que muestra las consecuencias de la ocupación americana en la vida de las mujeres japonesas.