PhotoESPAÑA 2020 ha ofrecido una muestra de la primera Movida Madrileña vista por Miguel Trillo. Dicha exposición ha podido verse en el Círculo de Belllas Artes de Madrid hasta el 25 de octubre.
La fascinación por la moda juvenil por parte de Miguel Trillo surgió tras contemplar, en un viaje, a los punkis ingleses a finales de los años 70. En aquella época en España la gente no se dejaba retratar; así que se dedica a fotografiar a sus amigos y a hacer fotografía surrealista. Quería ser artista, nunca fotoperiodista.
Sería a principios de los años ochenta cuando se trasladaría a Madrid atraído por el movimiento artístico y cultural que fue la Movida Madrileña. Da por finalizada su etapa surrealista, no se pierde ningún concierto y se dedica a fotografiar al público anónimo que asiste a ellos: rockers, teddy boys, punkis, heavies, mods, siniestros, amantes del tecno… No discrimina a ninguna tribu urbana.
Como Miguel Trillo no era fotógrafo profesional entonces, recopila sus imágenes tomadas antes, durante y después de los conciertos en fanzines, de los que se pudieron contemplar en la exposición los seis números de Rockocó que editó (1980-1985).
Aunque en ellos también hay algunas fotografías de los grupos musicales surgidos en la nueva ola (después conocida por Movida Madrileña) predominan los personajes anónimos con sus “uniformes de desobediencia”. Todos los retratos son posados; aislados en un espacio urbano que realza a los protagonistas, quienes generalmente miran a la cámara y expresan sus gustos, inquietudes, códigos de vestimenta y personalidades. Miguel Trillo vino a capturar el arte callejero, a hacer lo que luego se denominaría nuevo documentalismo.
No sería hasta principios de los años 90 cuando Miguel Trillo realizara su primer trabajo como fotógrafo profesional para el dominical de El País, donde retrató a la juventud de las pequeñas capitales de provincia españolas.