Desde que se empezaron a utilizar emulsiones de películas capaces de reproducir los colores surgió la eterna cuestión: ¿es más artística la fotografía en blanco y negro o la fotografía en color?
Particularmente me parece una discusión sin sentido, ya que las cualidades “artísticas” de cualquier fotografía no dependen de su cromatismo per se. Aunque creo que popularmente se considera que el blanco y negro es “más artístico”. Yo fui el primero que, en su día, convirtió fotografías de un negativo en color positivándolas en blanco y negro con la intención de que resultaran más artísticas. Y ese es el error: intentar convertir una anodina fotografía en color en una artística fotografía en blanco y negro. Querer salvar una foto vulgar en color convirtiéndola blanco y negro. Esto es algo que sucede muy a menudo en la era digital. Y a veces hasta resulta. Otras, tan solo consigue engañar a alguien…
Muy a menudo resulta evidente la calidad artística de fotografías en color. De hecho, hay muchos fotógrafos que siempre presentan sus trabajos en color porque para ellos el color es uno de los elementos más importantes de su trabajo. Tanto, que muchas veces se utiliza el propio color como tema fotográfico en cuestión. Esto es, el color se convierte en el tema mismo de la fotografía. O el tratamiento que se le da a éste, más concretamente.
Hoy en día sigue habiendo más de un fotógrafo profesional que trabaja con negativo en blanco y negro siempre o en determinadas situaciones. La diferencia es que parte del blanco y negro porque considera que es el acabado que mejor va a reflejar su trabajo por las circunstancias que sean, no lo utiliza para intentar salvar una fotografía que ya ha hecho en color y ha comprobado que no resulta efectiva.
No lo dudes: utiliza el color como tema fotográfico de tus capturas.
