Madrid preolímpica (0046)
Un fotógrafo documental de Madrid reserva siempre parte su tiempo a tomar imágenes de la ciudad para que, al cabo de los años, quede constancia de cómo era anteriormente.
Antes de ser fotógrafo profesional ya me llamaba la atención el urbanismo de las ciudades y los pueblos. En concreto desde la década de 1980, años en los que todavía quedaban bastantes muestras de lo que fuera la arquitectura popular y oficial desde la posguerra. Durante las décadas posteriores irían desapareciendo estas muestras a una velocidad vertiginosa. Sobre todo durante el inicio del siglo XXI.
En el barrio de La Guindalera, perteneciente al distrito de Salamanca, desde finales del siglo XIX a principios del XX, concretamente de 1890 a 1906, se construyeron unas casas unifamiliares modernistas y neomudéjares de lo que pretendía ser el Madrid Moderno del extrarradio. Basado en la idea de crear una vivienda higiénica para las clases medias.
En su momento hubo un centenar de estas pequeñas viviendas en las proximidades de lo que hoy es la Plaza de Toros de Las Ventas. Hoy solo quedan muy pocas.
Fue en la década de 1990 cuando descubrí este barrio. Entonces ya era fotógrafo profesional y también había decidido ser fotógrafo documental de Madrid, aunque solo fuera para mi uso y disfrute personal de las imágenes. Pero no sería hasta principios del siglo XXI –ya en la era de la fotografía digital, menos costosa- cuando tomaría la fotografía de arriba.
En ella se ve una de las características fundamentales de estos hoteles, como se les llamaba en la época de su construcción: sus miradores, muchos de ellos construidos con madera.
Los que se pueden contemplar aquí están sostenidos por columnas de hierro, aunque a principios de la década de 1990 aún se podía ver uno de ellos en los que los miradores estaban sostenidos por cariátides. Como tantas otras casas y barrios de interés, la especulación acabó con el proyecto modernista de Julián Marín y otros colegas arquitectos.
Quedan en pie una docena, que se pueden ver en las calles Roma y Castelar.
Cuando tomé la fotografía ya llevaba unos meses empleando todo el tiempo que podía como fotógrafo documental de Madrid. Unos años después decidí dar a conocer lo capturado en mis safaris urbanos como Madrid preolímpica.
