Yo voy donde haya bodas guachis. Y me llamen, claro.
Hasta hace poco era un fotógrafo profesional que tan solo me planteaba hacer buenas fotos de boda a un precio barato. En cuanto oí hablar de las bodas guachis me dije que yo quería trabajar en una de ellas. Y empecé a preguntar qué había que hacer para conseguirlo; también, si yendo a bodas guachis podría hacer fotos guachis.
Otros fotógrafos profesionales de boda a los que preguntaba al respecto parecían estar algo perdidos sobre este asunto. Su ignorancia en principio me desconcertó, pero yo ya estaba dispuesto a conseguir intervenir en estas bodas, costara lo que costase. Quería llegar a ser un fotógrafo de bodas guachis, aunque siempre haya sido un profesional barato. Tampoco sabía si esta circunstancia sería un impedimento para conseguir que me contrataran para ese tipo de bodas; y para hacer fotos guachis.
Mientras tanto seguía preguntando a todos los fotógrafos profesionales con los que coincidía. Ser un fotógrafo guachi de bodas se había convertido ya en una auténtica obsesión para mí. Hasta que recientemente me encontré con la primera pareja que me contrató para que les hiciera el reportaje de su boda y se me ocurrió comentarlo con ellos.
En esas estábamos cuando intervino la hija de ella (se casaban en segundas nupcias cuando me encargaron el reportaje de su boda). Y sería esta joven la que me sacó del atolladero. “¿Para qué quieres ir a bodas guachis?”, me preguntó. “Para hacer fotos guachis”, le contesté. “Tú ya haces fotos de boda guachis”, aseguró. “Si solo soy un puñetero fotógrafo profesional de bodas barato…”, le dije. “Siéntate y escucha atentamente”, me respondió con autoridad.
Así lo hice, y al cabo de unos minutos descubrí que ya había ido a ese tipo de bodas. Y que desde siempre venía haciendo fotos guachis de boda. Lo que son las cosas…