Soy un fotógrafo profesional de bodas barato, y mis tarifas ajustadas dependen únicamente de las horas de trabajo. A más horas de reportaje, mayor precio. Aunque sé que la mayoría de fotógrafos profesionales de boda actúa de igual manera.
Además, el concepto de que un reportaje sea de un tipo de boda más difícil que otra es relativo. Cualquier reportaje de un enlace matrimonial que en principio pudiera parecer muy sencillo de hacer puede acabar convirtiéndose en una prueba de audacia o un examen ante los retos. Eso lo puede corroborar cualquier fotógrafo profesional con algunos años en el oficio.
Por ejemplo, a menudo me suelen preguntar al pedirme presupuesto si no puedo bajar el precio al ser una boda con pocos invitados. De entrada, un fotógrafo de bodas barato, de por sí, ofrece buenos precios por su trabajo, ofreciendo calidad a cambio. Tan ajustados son que poco descuento se puede hacer para que el trabajo le resulte rentable al profesional y no pierda dinero haciéndolo. Y ya, si una vez hecha la rebaja del buen precio, el reportaje se complicara por las circunstancias específicas del lugar en que se lleva a cabo el enlace, sería el colmo.
Porque un tipo de boda más difícil de lo normal puede acabar resultando el enlace matrimonial en una iglesia pequeña con pocos invitados. En cuanto la colocación de los bancos o el acceso a una posición desde la que se pueda captar con detalle el desarrollo de la ceremonia sean complicados ya han convertido una supuesta boda fácil en bastante complicada de captar para el fotógrafo profesional.
Por imprevistos como éstos es por lo que un fotógrafo de bodas barato no puede bajar aún más sus buenos precios.