¿Fotografías de libros?, se preguntará asombrado alguien al leer el título. ¿Las ilustraciones del interior son fotografías? ¿A qué se refiere si no?
Pues me refiero a fotografías de libros que sirvan para hacer un catálogo de una editorial con ellas, por ejemplo. Aunque puede ser de una colección privada que va a ser donada y su dueño quiere tener de recuerdo fotografías de las portadas de los libros que dona. Como ha sido el caso que me ha sucedido hace bien poco. Además, lo curioso del caso es que la mayoría de los libros que fotografié no los había leído su propietario.
¿Los tenía para adornar la librería entonces?, se preguntarán los más sagaces lectores. Pues no. Los fue comprando a lo largo de su vida por el valor artístico de sus portadas. Algunas de las obras eran tan conocidas como Cañas y barro y su propietario ya las había leído en un ejemplar de otra editorial antes de comprar las ediciones que fueron objeto de ser fotografiadas. Buscó a este fotógrafo profesional para que reprodujera fielmente el aspecto y colorido de estas ediciones tan particulares.
¿Por qué particulares? Porque las portadas de estos libros (no solo se trataba de novelas) habían sido realizadas por diseñadores españoles muy reconocidos a principios del siglo XX. Eran verdaderas obras de arte. Ésa fue la razón por la que buscó a un fotógrafo profesional para que reprodujera fidedignamente el arte de las portadas de estos libros.
El propietario que me encargó hacer las fotografías de esta colección de libros estuvo recopilando ejemplares con portadas de diseño publicados desde principios del siglo XX. Alguno de las piezas que poseía ya tenían más de cien años. El papel era a veces de muy baja calidad, de tamaño irregular y deficientemente guillotinado.
Peculiaridad
Ha sido el encargo más curioso y uno de los más interesantes que he tenido en los más de veinticinco años que llevo trabajando como fotógrafo profesional.