Estampas de Madrid (0101)
El famoso viaducto de Madrid se eleva desde la calle Segovia hasta llegar a la altura de la calle de Bailén con el fin de sostener su prolongación, que une el Palacio Real con la basílica de San Francisco el Grande a través de Las Vistillas; este último es el nombre popular con el que se conoce al parque y a la plaza de Gabriel Miró, escritor de principios del siglo XX.
En la plaza de Las Vistillas se han celebrado infinidad de verbenas populares en honor de San Isidro y de la Virgen de la Paloma desde tiempos inmemoriales. Aunque la primera, desde ya hace casi un lustro, se está celebrando en el parque que lleva el nombre del santo, situado en el distrito de Carabanchel.
El citado viaducto de Madrid también viene siendo conocido, casi desde su construcción, como el puente de los suicidas. Bien es verdad que desde hace unos cuantos años no hace honor a su sobrenombre pues el ayuntamiento instaló unos gruesos vidrios de gran tamaño que impiden a los desesperados llevar a cabo su propósito. Los reflejos que producen sus cristales a menudo también impiden el buen hacer de los fotógrafos que se acercan hasta allí para plasmar las maravillosas vistas, a no ser que sean profesionales. Porque un buen fotógrafo profesional siempre sabe cómo superar esa adversidad de una u otra manera.
Cabe destacar que el primer viaducto de Madrid se construyó de hierro en 1874; obra dirigida por el arquitecto municipal Eugenio Barrón Avignon. Con posterioridad se llevarían a cabo varias reformas hasta llegar a la edificación de hormigón que puede contemplarse en la imagen que este fotógrafo profesional tomó en 2016 y encabeza este artículo.
El viaducto de Madrid es una de las edificaciones más emblemáticas de nuestro Madrid contemporáneo.