¿Qué es lo que no hay que fotografiar en una boda? Quizá a algún lector le parezca de sentido común lo que voy a decir a continuación… Es posible que así sea. No obstante, por si es cierta esa máxima de que “el sentido común es el menos común”, lo voy a contar. Al menos, las situaciones que he presenciado como fotógrafo profesional de bodas y he considerado que correspondían a la categoría de lo que no hay que fotografiar en una boda; por el bien de todos.
El que una pareja elija un fotógrafo de bodas cuyo reportaje sea barato no implica que no le pida también que sepa lo que no hay que fotografiar en una boda. Que no se deben tomar fotografías donde, por accidente, queden al aire ciertas partes del cuerpo de las personas; donde los invitados aparezcan en una situación desgraciada, humillante…
Que no lo capture el fotógrafo profesional no implica que no lo haga algún invitado. Vivimos en un mundo en que la mayoría de las personas tiene un teléfono móvil con el que hacer fotografías. Pero ese problema ya es ajeno al fotógrafo al no estar incluido en su reportaje profesional. No haberlo capturado es algo que suele agradecer todo el mundo al fotógrafo de bodas barato.
Y, si se ha capturado casualmente, conviene no incluirlo en el reportaje de boda que se entrega. Sea en álbum o en pendrive. Nunca se hacen públicas fotografías que vayan a desagradar a algún invitado. Solo se dan las fotografías vistosas. Las otras se destruyen.
Porque al fotógrafo de bodas barato no se le exime de conocer lo que no hay que fotografiar en una boda. Si los fotógrafos profesionales no son conscientes de las reglas no escritas de su oficio, la experiencia se lo va ir enseñando . A veces, a costa de perder clientes por no comprender que aquella imagen “divertida” resultaba desagradable a algunos invitados.
