A menudo me encargan hacer un reportaje para que quede constancia de la actividad profesional desarrollada por la empresa o cliente que me lo solicita. Del estilo de la imagen superior.
En este caso, las fotografías tenían como fin ilustrar la memoria de las reformas realizadas en las puertas de un edificio con mucho trasiego de público. La empresa ejecutante buscó un fotógrafo profesional que capturara en detalle las bondades de las puertas antiincendio que habían sustituido a las anteriormente existentes. Éstas últimas habían dejado de cumplir a normativa vigente.
Otras ocasiones el fin de las fotografías del reportaje de la actividad profesional es su utilización en anuncios publicitarios de la empresa con el fin de dar a conocer sus productos. En estos casos se requiere del fotógrafo diversos puntos de vista y clara visión profesional; han de quedar a la vista las cualidades del producto que ofrece la marca. Presentado de la manera más sencilla y llamativa. Que resalte a primera vista.
Los clientes valoran muy positivamente de los fotógrafos profesionales su aportación personal en este tipo de trabajos; lo que se conoce como voz propia del fotógrafo. Al fin y al cabo lo que hace que una imagen llame la atención y destaque entre las que puede hacer cualquier otro fotógrafo profesional es eso.
También hay veces en las que lo que se busca en un reportaje de actividad profesional es lo contrario, que sea meramente ilustrativo; sin ninguna cualidad artística que destaque. Que se ciña a mostrar de una forma sencilla y clara el producto ofrecido en el catálogo. Sin alardes que distraigan.
Básicamente es lo que me requirieron los clientes en el caso superior. Únicamente necesitaban las fotografías para que quedara constancia del trabajo realizado. Y poderlo utilizar también en un catálogo aséptico, que no llamara la atención del cliente el trabajo del fotógrafo sino el producto ofrecido por la marca.
