Madrid preolímpica (0084). Distrito de Barajas.
Puede haber quien piense que el Attica del titular se refiere a la Tetrápolis ática de la Grecia de Teseo, lo que sorprenderá al verla relacionada con el bacalao. O quien la relacione con la prisión estadounidense que cobraría notoriedad por el motín producido en ella en 1971.
Sin embargo, el Attica del que vamos a hablar es el famoso local nocturno que hubo justo al límite del municipio de Madrid. Estaba en el barrio de Rejas, en el distrito de Barajas, pegado a la imaginaria línea que separaría el término municipal de la ciudad de Madrid con el de San Fernando de Henares. Su importancia en la vida social de las noches de la capital es lo que me ha hecho incluirla entre los recuerdos de Madrid preolímpica.
Esta discoteca fue uno de los lugares nocturnos más concurridos de Madrid durante las noches de finales de la década de 1980 y principios de la de 1990. Surgió en el momento en que la música Acid House estaba en boga, llegando a convertirse en paso obligado para aquellos que cada fin de semana peregrinaban de discoteca en discoteca, sin descanso hasta el lunes, en lo que se denominó “La Ruta del Bakalao”.
Esta ruta, en su sentido más estricto, era la que llevaba desde todos los puntos de la península hasta la ciudad de Valencia, capital del ocio nocturno durante aquellos años.
Attica tenía dos plantas. En El Infierno, planta baja, se pinchaba la música techno más vanguardista; mientras que en El Cielo, planta superior, sonaba “Flower-Power”. El aparcamiento también solía estar muy concurrido y animado.
Siendo un rockero desde que tengo uso de razón, he de reconocer que más de cuatro veces la frecuenté hasta latas horas de la madrugada. A finales de la década de 1980 todavía no era fotógrafo profesional, pero le hacía los videoclips a un grupo de música electrónica cuyos componentes eran amiguetes. La Noche haría el resto.
Datos complementarios
La fotografía de Attica de este artículo la tomé pocos días después de los tan triste célebres atentados terroristas del 11 de marzo de 2004, perpetrados en varias estaciones de la línea ferroviaria de cercanías entre Guadalajara y la estación de Atocha de Madrid. En aquel momento ya llevaba más de diez años siendo fotógrafo profesional, aunque no sería hasta 2008 cuando empecé a trabajar por cuenta propia.
Attica fue demolida en julio de 2018.
