Hubo unos años durante los que era muy frecuente que te encargaran la restauración de las fotografías antiguas o deterioradas que los clientes tenían de la “era analógica”, las que habían sido positivadas en papel fotográfico que se revelaba mediante un proceso químico.
Ya hace tiempo que resulta poco frecuente que a un fotógrafo profesional le soliciten este tipo de trabajos. De vez en cuando me hacen algún encargo de este tipo.
Sobre todo de restauración de fotografías deterioradas o que requieren algún retoque especial más que de fotografías antiguas. Seguramente porque la afición a la fotografía es mucho mayor actualmente, así como los conocimientos de muchos aficionados sobre fotografía digital y programas informáticos relacionados con ella.
Si no es debido a que todo el mundo tiene ya sus fotografías restauradas, algo que parece poco probable, seguramente será porque la restauración de fotografías antiguas las realizan sus propietarios mismos. O alguna persona cercana a ellos. O mediante programas automáticos que no la restauran a fondo.
Es más, a veces hasta llega algún encargo de fotomontaje complicado en que el solicitante o empresa pide presupuesto indicando que quiere que le mandes las capas sin acoplar. Lo anterior viene a corroborar lo poco que se valoran los conocimientos y el oficio, así como el trabajo del fotógrafo profesional. Desgraciadamente se trata de un amplio sector la población el que se convierte o quiere convertirse en un intruso profesional.
Todavía siguen llegando encargos de retoques fotográficos. También de fotomontajes complicados, aunque la tendencia sigue disminuyendo. En el futuro la totalidad de este tipo de trabajos los realizarán fotógrafos especializados y dedicados únicamente a ello. Más a hacer fotomontajes complejos que a la restauración de fotografías antiguas; aunque entre fotomontajes se despachará la restauración como complemento al trabajo principal.
El tiempo nos lo dirá.