Muchas mujeres aprovechan para hacerse fotos de embarazada en estudio mientras transcurre esa etapa de su vida.
Por un lado está el deseo de poder recordar en imágenes ese periodo, ya que con el paso del tiempo pueden olvidarse de cómo era su cuerpo durante la gestación. Esta circunstancia se da poco en el mundo actual, en el que se hacen cantidad de fotografías a diario con los teléfonos móviles, por lo que no tener una fotografía durante los nueve meses de embarazo resulta imposible hoy en día. Pero estamos hablando de algo bien distinto: contactar con un fotógrafo profesional que planifique y realice una sesión de fotos de embarazada en estudio.
Esto implica que la vaya asesorando desde el momento en que le encargan el trabajo con el fin de que elija la ropa más apropiada para el día de la sesión y se sienta a gusto y relajada durante el tiempo en que permanezca en el estudio, algo que, al final, acabarán reflejando las fotografías.
También tendrá que iluminar el cuerpo de la futura madre de forma que resalte su estado pero que no desmerezca el resto; menos, su expresión, que en todo momento ha de reflejar su estado de felicidad propio de esos meses.
Además, el fotógrafo tendrá que dirigir la sesión de fotos de embarazada en el estudio para conseguir poses visualmente vistosas que no la obliguen a adoptar posturas incómodas o forzadas para su estado.
En definitiva, ha de conseguir crear un buen ambiente de trabajo, de creación artística, para lo que la mujer embarazada debe sentirse cómoda y relajada desde el comienzo de la sesión. Debe confiar en el profesional desde el momento de la preparación de la sesión.
Muy a menudo los futuros padres acompañan a lo largo de la sesión a la mujer embarazada, incluso saliendo con ella en alguna fotografía. Dicho detalle enriquece el book de embarazo, ya que ayuda a crear buena sintonía.
Otra manera de que la sesión transcurra desde el primer momento con buena sintonía se consigue no haciendo las fotos de embarazada en estudio, sino que se transforme la casa de la pareja en un estudio; u otro lugar que ellos elijan, siendo el fotógrafo el que se desplaza hasta allí y monta su estudio portátil. No sube demasiado el precio de la sesión fotográfica, y en muchas ocasiones facilita las cosas.