Francisco Ontañón fue un fotógrafo con un recorrido de cincuenta años de actividad. Partiendo del mundo aficionado en Barcelona, formando parte de la Agrupación Fotográfica de Cataluña y Afal, vio la posibilidad de empezar su carrera de fotógrafo profesional en Madrid gracias a su compañero Ramón Masats, quien le avisó de que en Europa Press buscaban un reportero gráfico. En ese año, 1959, también entraría a formar parte del grupo La Palangana.
Se encargaría tanto de de un tipo muy variado de trabajos: enviado especial, vida social, moda, seguimiento de celebridades, toros y deportes…De forma que su actividad le llevaba a hacer reportajes de bodas de familias reales europeas como seguimientos de artistas musicales de la categoría de Paul Anka.
A partir de ese momento resolvería los encargos profesionales con su característico toque de autor: borrosidad, utilización del grano de la película, oscuridad y movimiento.
Estos rasgos de estilo se pueden apreciar más claramente cuando Francisco Ontañón empezó a trabajar para La Actualidad Española, en los que los extensos reportajes fotográficos que realiza los plantea como auténticos ensayos fotográficos.
También entraría a colaborar en estos años en la revista Ama.
Tanto los temas como los planteamientos fotográficos que iba tratando en sus trabajos editoriales le llevaron a la mejor forma de presentación posible de su trabajo en forma de fotolibros, de los que caben destacar especialmente tres: El libro de la caza menor, Los días iluminados y Vivir en Madrid.
Su pericia como fotógrafo también se requeriría para ilustrar libros de animales de Félix Rodríguez de la Fuente, y para carteles y libros de turismo.
Francisco Ontañón también transitaría por el mundo editorial dedicándose a realizar cubiertas de libros para Alianza Editorial, y por el de las compañías discográficas, realizando fotografías para portadas de discos de sellos como Hispavox o CBS. Siempre aportando innovación –sería el primero en llevar a los grupos a posar tocando, o simplemente posando, en paisajes naturales-, naturalidad y punto de vista personal en todo lo que hacía.
En estas etapas, Francisco Ontañón coincidiría con el diseñador Daniel Gil, de cuyo trabajo conjunto surgirían obras tan destacadas como la doble carpeta del LP de Cecilia.
Acabaría su carrera profesional colaborando en El País Semanal, donde aportaba la fotografía que ilustraba cada texto de Manuel Vicent.