La fotografía de conciertos de rock está muy solicitada actualmente dada la importancia que tiene este tipo de música en la vida de muchas personas. Por ello los medios especializados cubren infinidad de actuaciones, desde las que tienen lugar en salas pequeñas a las que se celebran en pabellones o estadios de fútbol. Pero nada tiene que ver la fotografía de conciertos de rock que se desarrolla en grandes superficies con la de las salas de conciertos.
En la mayoría de estas salas es poco corriente que exista foso (espacio habilitado separado del público por una valla para que los fotógrafos profesionales acreditados puedan tomar fotografías cerca de los músicos desahogadamente y con capacidad para poder moverse de forma que puedan encontrar el mejor punto de vista de cada situación del concierto; eso sí, durante un número limitado de canciones –generalmente tres- para no molestar demasiado al público que ha pagado su entrada). En este caso de las salas el fotógrafo profesional de rock ha de moverse entre el público para poder atrapar las instantáneas de la banda.
Esta circunstancia tiene la ventaja de que puede disparar durante todo el concierto, algo que a menudo resulta crucial para conseguir una gran fotografía, pues las mejores situaciones en la fotografía de conciertos de rock se suelen presentar al final de la actuación, cuando tanto los músicos como el público se han ido calentando canción a canción. Sin embargo, tiene el gran inconveniente de estar incrustado entre el público, cuyos integrantes muchas veces se dedican a intentar capturar ellos mismos fotografías de sus ídolos con sus teléfonos móviles, lo que puede producir que brazos, cabezas e incluso cuerpos arruinen la fotografía del profesional. Situación esta que, ni con mucho, llega a ser el peor de los casos, pues hay momentos en que el ímpetu, la excitación, los pogos y las avalanchas de la gente hacen chocar al fotógrafo contra el borde del escenario. Una y otra vez.
Tanto en los pabellones como estadios de fútbol y otras grandes superficies un profesional puede afrontar la fotografía de conciertos de rock de forma más segura, aunque generalmente durante un intervalo de tiempo del concierto más limitado, como ya hemos dicho anteriormente. A excepción de los festivales, durante los cuales los profesionales pueden tomar fotografías fuera del foso desde que empieza la jornada hasta que termina.
Por todo lo referido hasta aquí con respecto a las normas y las circunstancias con las que se encuentra un fotógrafo al hacer reportajes de conciertos cada día es más frecuente que los fotógrafos se cuestionen el porqué en determinados recintos, después de la tercera canción tengan que dejar su equipo fotográfico en consigna para poder permanecer viendo la actuación, situación esta muchas veces imprescindible ya que asume las labores de fotógrafo y redactor.
Para un mejor desempeño de la fotografía de conciertos de rock sería conveniente replantearse esta norma de dejar el equipo (herramienta de trabajo de muchos de ellos) en consigna. Si la organización desea que los fotógrafos no tomen imágenes después de una determinada canción bastaría simplemente con indicárselo, ya que de sobra saben que de no cumplir las normas no volverían a ser acreditados para cualquier futuro concierto de esa promotora.
