La fotografía de paisajes es la disciplina a la que más personas se dedican; contando tanto a los fotógrafos profesionales como a los aficionados. Estos últimos lo suelen denominar “hacer fotos bonitas” y la mayoría las hace durante las vacaciones. Así que se puede decir que hacen fotografía de paisajes urbanos o rurales con el fin de que entren fácilmente por los ojos a primera vista, muchas veces con el simple propósito de agradar. Para ello van a pueblos de belleza reconocida y eligen horas del día que resultan agradecidas para todo aquel que se dedica a la fotografía, como pueden ser el amanecer o primeras horas de la mañana; También los atardeceres son muy apreciados por los degustadores de imágenes en las más conocidas redes sociales.
Con los atardeceres han de tener cuidado porque su intención se puede frustrar si resulta que en el atardecer en que han dispuesto todo el equipo para conseguir alguna buena fotografía de paisajes resulta que se desarrolla de forma que abundan los rojos intensos, casi hirientes. Hay algunos atardeceres que resultan dramáticos, lo que en algunos casos no deja de tener belleza. A veces tan solo es necesario saber apreciarla.
Esa es otra forma de interpretar la fotografía de paisajes bastante más interesante que la simple intención de atrapar “lo bonito”, el único inconveniente es que hay que trabajarla más. El intentar describir sentimientos con una fotografía de una puesta de sol tiene su dificultad, porque quizá reflejando únicamente el aspecto objetivo de la fotografía de paisajes muchas veces no es suficiente para que el resultado final transmita sentimientos. En estos casos el fotógrafo ha de poner de su parte oficio y todos trucos que conozca para sacarla adelante.
Una prueba de que la fotografía de paisajes muchas veces no refleja la sensación que queremos transmitir es la imagen que encabeza el artículo. Está hecha a primera hora de la mañana. Mientras me dirigía a la cafetería de una gasolinera de carretera vi esta estampa que me llenó de placidez, algo que me vino muy bien pues había tenido una noche muy ajetreada. Así que intenté plasmar esa placidez haciendo una fotografía de paisajes con esa luz en ese entorno.
Creo que tenía que haberle dedicado más tiempo para conseguir mi propósito, aunque muchas veces no basta solo con el tiempo para lograrlo. Siempre es necesaria también la inspiración para obtener un buena fotografía de paisajes que transmita emoción.