Estampas de Madrid (0081)
Sí, ya sé que en Madrid no hay playa. Bien se ocuparon de recordárnoslo incesantemente The Refrescos con su canción del verano de 1989, pero sí hay otros lugares que hacen las veces de ella: Las Presillas (en Rascafría), Ríosequillo (en Buitrago), Las Berceas (en Cercedilla), Madrid Río (en la capital) o el pantano de San Juan (en Pelayos de la Presa).
De este último enclave veraniego al que los madrileños se desplazan para mitigar sus calores estivales trataremos hoy. Es el único pantano de la Comunidad de Madrid en el que está permitido el baño, por lo que su afluencia es masiva. Durante los fines de semana se forman verdaderas caravanas de vehículos para llegar hasta allí.
En él hay catorce kilómetros de playas, una de ellas con bandera azul. Aparte de para captar bellas imágenes de la naturaleza, los fotógrafos intrépidos de Madrid se pueden dedicar a practicar su afición en muchas otras modalidades, ya que el pantano cuenta con varios embarcaderos donde amarran y desde los que parten numerosas embarcaciones de recreo. Su tamaño no llega al de las que se pueden ver en Puerto Banús, pero sus dimensiones no son nada despreciables.
Aprovechando estas embarcaciones hay personas que practican el esquí acuático, deparando interesantes estampas que pueden ser capturadas por los diversos fotógrafos de Madrid que allí se desplacen.
Otra actividad deportiva que se puede practicar en el pantano de San Juan es el piragüismo, porque aparte de quienes traigan la piragua de casa hay posibilidad de alquilarlas allí mismo para quienes no dispongan de ellas y gusten de practicar este deporte o tengan curiosidad por probar a hacerlo. Este deporte también ofrece buenas instantáneas a los fotógrafos intrépidos de Madrid.
Incremento de la afluencia
Desde que se prohibió el baño en La Pedriza, la afluencia al pantano de San Juan ha crecido, siendo también el lugar de destino veraniego de quienes no pueden permitirse viajar a cualquiera de las playas costeras.
Para ellos, el desplazamiento, el alojamiento y los gastos derivados de encontrarse lejos de sus hogares les encarecía demasiado las vacaciones, por lo que optan por permanecer en casa y viajar a diario a este lugar a refrescarse y disfrutar de sus vacaciones.