Un reportaje fotográfico de un congreso no es sencillo de realizar. Si no estás preparado y tienes una mínima experiencia en eventos de este tipo puedes darte un buen patinazo. Es un acto social con sus características propias en el que todo tiene que ir rodado ya que siempre se intenta condensar al mayor número de ponentes en el menor tiempo posible. Los tiempos de las ponencias siempre están muy medidos y, lo que nunca puede suceder es que algo se retrase o no funcione por culpa del fotógrafo de congresos.
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Un fotógrafo profesional de este tipo de eventos ha de saber muy bien dónde tiene que estar en cada momento. Tiene que ocupar una posición desde la que hacer su trabajo sin molestar a los asistentes, ni restarles visibilidad de los ponentes ni de lo que sucede en cualquier momento en la zona donde se desarrollan las ponencias.
Frecuentemente sucede que hay lugares en los que realizar un reportaje de congreso no resulta tarea fácil. En ocasiones el fotógrafo de congresos ha de buscar lugares inverosímiles desde los que disparar su cámara de forma que no moleste a los congresistas. En más de un reportaje de congreso me he pasado la mayor parte del tiempo sentado en el suelo delante de la primera fila de asientos porque, dada la envergadura de la asistencia al congreso no había otro lugar desde el que tomar fotografías de todos los ponentes por mucha distancia focal que tuviese el teleobjetivo que montara en la cámara (las salas en las que no hay habilitados pasillos centrales son especialmente difíciles). Porque lo que nunca debe faltar en un reportaje de congreso es la fotografía de alguno de los ponentes. Eso es fundamental.
Claro está que algún momento, si no queda otra forma posible, se pueden ocupar zonas en las que se dificulte la visibilidad de los asistentes, pero conviene que sean las menos veces posibles y únicamente por el mínimo tiempo necesario para capturar las fotografías que interesan. Si vas a hacer un reportaje de congreso largo conviene no abusar de estos momentos, sobre todo al principio de cada jornada porque si no, a media mañana los congresistas pueden estar ya cansados de ese fotógrafo que siempre está en medio de todo y le impide ver lo que sucede en la zona de ponencias. En estos detalles son en los que se distingue a los verdaderos fotógrafos profesionales de congresos de los demás. Pero lo que nunca puede suceder es que algo falle o se retrase por culpa del fotógrafo de congresos.
