Estampas de Madrid (0066)
El encanto de algunas fotografías está en que no reflejan lo que puede parecer a simple vista, sino que se trata de una situación fotográfica equívoca.
Es algo de lo que un fotógrafo profesional se aprovecha siempre que puede.
Hay lugares tan visitados por los fotógrafos en Madrid que si pudieran hablar se quejarían amargamente en cuanto vieran acercarse a una persona con una cámara en sus manos. Y si pudieran hablar dirían: “otra fotografía no, por favor”. O huirían despavoridos.
La plaza de las Cortes es uno de estos lugares tan típicos a los que se acercan a diario infinidad de fotógrafos y turistas que transitan por Madrid. Si los leones de su fachada principal pudieran hablar, tendrían infinidad de historias que contarnos. De todo tipo.
También seguramente nos dirían lo hartos que están de que todo el mundo que pasa por allí no deje de fotografiarlos. Desde hace tantos años… Más ahora, desde que los teléfonos inteligentes incorporan una cámara fotográfica todo el mundo se ha convertido en fotógrafo, y como tal se comporta en sus paseos por Madrid.
Hace unos días, mientras caminaba por allí, me encontré la situación que refleja la fotografía superior. Extrañamente solo había una persona delante del Congreso y se aprestaba para hacer la típica fotografía de uno de los leones de la fachada.
Parecía como si el león estuviera pendiente de ella, así que, comportándome como un fotógrafo aficionado más que como un fotógrafo profesional de Madrid, empuñé mi cámara fotográfica e hice una captura.
La situación fotográfica equívoca
Más que estar posando, podría parecer que el león había girado su cabeza y estaba refunfuñando, enseñando los colmillos a la fotógrafa madrileña. Si pudiera, seguramente se hubiera bajado del pedestal y hubiera huido lo más lejos posible.
Eso sí, de haber podido bajar del pedestal seguramente él también acabaría convertido en otro fotógrafo madrileño.
