Hay veces en que los reportajes de espectáculos salen solos; basta con sacar la cámara. Bueno, no tanto, pero casi.
Y es que Diego García, El Twanguero, se lo pone muy fácil a los fotógrafos, como hizo la noche del 15 de diciembre en The Green de Alcalá de Henares (Madrid).
Esto es así porque le gusta lo que hace, algo que queda patente con los sentidos gestos que pone cuando está tocando la guitarra, fiel reflejo de que disfruta él el primero y hace disfrutar al público que tiene enfrente.
Tocaría en formato de trío, con bajo y batería. Presentaba su último disco, “Electric Sunset”, por lo que después de tres años volvía a la ciudad, donde desplegaría su música repleta de influencias tanto latinas como americanas: rumba, flamenco, cumbia, calipso, folk, ragtime… “Spanish ragtime”, contó que suele responder cuando le preguntan en Estados Unidos qué tipo de música hace. Y es que ahora está viviendo allí, al otro lado del Atlántico.
Aparte de composiciones propias ofreció varias versiones, como una muy extensa de “Hound dog”, a mitad de la cual desconectó la electricidad de la guitarra y tocó sin más, escuchándose perfectamente debido al silencio y la atención con la que siguió el concierto el público de la sala The Green. Este local, además de estar trayendo a la ciudad grupos de primer nivel, no descuida los detalles y ha mejorado considerablemente el sistema de iluminación, y eso que anteriormente no estaba nada mal.
Con una guitarra de 1936
Intimismo
Hubo momentos en que El Twanguero se quedó solo en el escenario, y con una guitarra española de 1936 ofreció unas sentidas composiciones, alguna de ellas fruto de un viaje que hizo de Chicago a La Pampa. En esos instantes fue cuando mejores imágenes ofreció a los fotógrafos que había en la sala madrileña.
Al final, El Twanguero bajaría a tocar junto al público, que no había parado de jalear su pericia como guitarrista durante toda la velada. En definitiva: fue un muy buen concierto el que vimos en la sala The Green.
