Estampas de Madrid (0060)
Lo bueno de ser un fotógrafo de Madrid es que, simplemente con salir a la calle, encuentras infinidad de motivos fotográficos que capturar. Hay quien lo llama fotografía de calle; otro, postales; algún otro, estampas, etcétera. Son muchas las formas distintas de interpretar la fotografía; y de calificarla.
Preferiblemente busco documentar cómo se comporta el ser humano, por lo que siempre que sea posible me gusta que aparezcan personas en mis fotografías. Con el debido respeto que se merecen, claro. Quizá sea por eso que la disciplina fotográfica a la que más me dedico es la del reportaje social: soy fotógrafo de bodas y eventos varios como conferencias, congresos y reuniones de empresa.
En cualquier disciplina fotográfica que acometo procuro actuar como en los reportajes. También mientras camino por la calle sin rumbo fijo pero con una cámara en la mano intento reflejar el comportamiento humano. Siempre de forma natural y con el mayor de los respetos. E intento intervenir lo menos posible, pero hacer la captura en el momento oportuno. ¿Fotografía de calle? Llámala como quieras.
Los fotógrafos tienen que estar atentos e incluso imaginar lo que va a suceder en una situación antes de que esto ocurra, para cuando pase estar preparados para apretar el disparador en el momento oportuno. A mí, particularmente, también me gusta dejar espacio a la imaginación y que sea el espectador de mis fotografías el que deduzca lo que sucederá unos segundos después de haber hecho la captura. Lo que se anticipa en la fotografía sin llegar a verse.
Ese es el caso de la imagen que encabeza este artículo. En ella hay unas miradas muy cómplices e intensas (se intuyen a pesar de que no se vean sus ojos); la pareja está tan cerca que es fácil de imaginar lo que pasó poco después. ¿Hace falta contarlo? Creo que no, que se explica por sí misma.
Por cierto: ¿está hecha en el momento oportuno?