Como soy un fotógrafo barato he visto muchas celebraciones populares de boda en Madrid. Y he escuchado unas cuantas de esas ideas que surgen cuando está bastante avanzado el convite y los invitados llevan ya varias copas en el cuerpo. Quizá la idea más disparatada que he oído proponer mientras estaba haciendo un reportaje de boda fue aquélla en la que un invitado, amigo del novio, propuso tirar a éste al cercano río Manzanares.
Era el final del mes de octubre y hacía ya bastante frío. Por lo que, aparte de poder helarse el novio al contacto con el agua, el nivel de alcohol que llevaba en ese momento en sangre no sé si le hubiera permitido salir del agua. Lo curioso es que al resto de amigos del novio –del marido ya, pues ocurrió cuando las celebraciones de boda van ya por la ronda de chupitos de después de la cena- le pareció una idea excelente.
Aunque yo solo era el fotógrafo de la boda, y antes de que me contrataran para hacer el reportaje de su boda no conocía de nada a la pareja que se acababa de casar y suelo permanecer parapetado tras mi cámara, intentando captar cuantas más instantáneas espontáneas mejor, aquello me pareció una barbaridad. Así que intenté conseguir que los amigos del novio desistieran de tirarlo al río. Y lo conseguí; eso sí, decidieron que en su lugar lo iban a desnudar y pasear por entre las mesas del salón nupcial repletas de invitados. Afortunadamente le dejaron que cubriera su desnudez con el mantel de una de las mesas antes de llevarlo a hombros, como a los toreros.
Lo más frecuente
El hecho de que sea una celebración popular de boda no implica que siempre se den este tipo de comportamientos durante el convite. En el caso anterior no creo que realmente hubieran sido capaces de tirar al novio al río, seguramente lo único que trataban era de asustarlo. O pegarse unas risas con la idea.
La verdad es que en todos mis reportajes de boda en Madrid y otras provincias he encontrado invitados animados que se divierten sanamente en las celebraciones de boda de sus familiares o amigos. Ese es el caso de la fotografía de otra boda, la que encabeza este artículo. En ella, un familiar de la novia hace alarde de sus habilidades como bailarín durante la parte de la celebración que tuvo lugar en la discoteca del complejo donde transcurrió toda la jornada.
Y esa es la misión de un fotógrafo profesional: capturar esos instantes de las celebraciones de boda para que tanto el matrimonio recién formado como sus amigos puedan contemplarlos a lo largo de los años como un entrañable recuerdo de ese día.