El ministro de exteriores español conversa con su colega libio
Las jornadas completas de fotoperiodismo en Madrid suelen resultar agotadoras. Sabes a qué hora y dónde vas a empezar, pero desconoces cuándo y en qué lugar va a acabar tu trabajo.
Eso sí, un fotógrafo profesional embarcado en una jornada de fotoperiodismo en Madrid tiene garantizado que ese día no le va a resultar indiferente ni va a tener tiempo de aburrirse.
El pasado mes de septiembre tuve el encargo de cubrir la jornada de la delegación de Libia en Madrid. Dicha jornada empezó a primera hora de la mañana con una conferencia del ministro de exteriores libio en la Casa Árabe de Madrid.
En ella había representación del ministerio español de exteriores y diferentes periodistas nacionales, así como más de un fotógrafo dedicado al fotoperiodismo en Madrid que cubrimos el evento. Después de las exposiciones de ambas delegaciones habría preguntas de los medios que allí se dieron cita.
Nada más acabar, el ministro de exteriores libio atendió a un par de entrevistas para la prensa escrita generalista, momento en que los fotoperiodistas de Madrid aprovecharíamos para tomar mejores fotografías del entrevistado, pues entonces estaba más distendido sin tantas personas a las que atender.
Eso solo sería el principio, ya que durante el resto del día no pararía de hacer fotografías para plasmar cada situación, como encuentros, reuniones oficiales en el ministerio de exteriores, de la delegación libia en los momentos posteriores y en los lugares en los que ellos habían previamente elegido.
Lo más importante que ha de hacer el fotógrafo profesional en estos casos es estar siempre atento y disponible, y preparado para tomar fotografías. Y, sobre todo, no molestar; en el peor de los casos, molestar lo menos posible.
El momento cumbre de la jornada sería la reunión de los dos ministros de exteriores, el español y el libio. Para que todos los fotógrafos y operadores de vídeo captáramos las imágenes de los ministros antes de la reunión sólo había unos pocos minutos. Menos de cinco. Siempre es así, por lo que hay que trabajar de forma muy rápida y efectiva. No tienes ni un segundo que perder.
Con una rueda de prensa de los ministros después de su reunión acabaría la jornada.
Atrás habían quedado las prisas en los eventos, los recorridos en coche con algún que otro percance leve y el trato exquisito que me dispensaron en todo momento.
