Estampas de Madrid (0052)
El verano tiene un color distinto dependiendo de para quién. Seguramente que el color del verano para el señor de la fotografía que está en la calle es el gris. O, por lo menos, en ese instante lo era. Para el camarero que atiende a las mesas quizá sea el rojo, por lo menos mientras está trabajando. Durante el resto del día será otro u otros.
Considero que en fotografía de calle se puede tratar cualquier tema y situación, siempre que a las personas que aparecen en las imágenes se las trate de forma digna.
Lo que primeramente me llamó la atención para tomar esta fotografía fue que el señor de la calle estuviera acomodado en la ventana como si estuviera sentado en su casa contemplando cualquier película o programa de televisión. ¿Quizá deseaba poder estar dentro del local, consumiendo como otro cliente más? ¿Tenía hambre en ese momento o simplemente estaba cansado? ¿Llevaba mucho tiempo observando cómo transcurría la vida de los demás?¿De qué color pensaba él que era el verano de las personas a las que observaba?
Otra pregunta que puede surgir de la visión de la imagen sería: ¿cuál es el color del verano para cada una de las personas a las que está curioseando el señor de la calle según él? ¿Cuál es el color real del verano de las personas observadas?¿Y cuál es el color del verano que usted, que está viendo esta fotografía, piensa que es el que siente cada una de las personas que aparecen en la fotografía?
Un fotógrafo tan solo ofrece imágenes que pueden dar que pensar. Las soluciones a las preguntas las tienen que dar las personas que ven sus fotografías. Cada cual tendrá sus opiniones y sus respuestas.
Lo dicho en otras ocasiones: ponte el traje de fotógrafo profesional, sal a la calle y captura el color de la vida. Estás a tiempo.