La fotografía de estudio es un campo muy amplio. En un plató de un fotógrafo profesional se pueden ejercitar muy distintas actividades: de books de fotos, a fotografía de producto, pasando por la fotografía artística abstracta.
Hoy nos vamos a centrar en los books de fotos, ya sea con fines para uso personal o como apoyo de carreras profesionales, para fotografía editorial, desnudo artístico…
Una de las sesiones de estudio más agradecidas es la que se realiza a niños; con los pequeños es muy difícil hacer fotografías nefastas. Al contrario, lo normal es conseguir fantásticos books de fotos de niños.
Por lo que a poco que te esmeres en la sesión conseguirás al menos imágenes aceptables por muy mediocre que seas como fotógrafo. Eso sí, tienes que tener en cuenta ciertas consideraciones. Antes de empezar con los books de fotos tienes que ganarte la confianza de los niños. Lo primero y fundamental es que su madre esté presente en el plató y a la vista del pequeño para que éste se sienta siempre seguro.
Después, la labor preparatoria del fotógrafo profesional consiste en irse ganando a la modelo (en adelante hablaré en femenino ya que la fotografía que ilustra esta reflexión es de una niña y está tomada en nuestro estudio de Madrid; los comentarios también servirían para varones).
Forma de proceder
La mejor manera de que la niña te ayude a hacer tu trabajo es que le plantees la situación como un juego, que le guste la propuesta y entre a participar en él.
Previamente habrás tenido que ganarte su confianza, con amabilidad, simpatía y alguna broma que otra. Cuidado, malo sería que por intentar ser gracioso acabaras siendo patoso, ya que pueden ser ingenuas pero no tontas, y se dan cuenta de quién se comporta sinceramente y quién está actuando y no es natural. Es importante que tus gracias no chirríen. En caso de que no te consideres gracioso, es suficiente con que simplemente seas amable; lo van a valorar igual. Tanto la madre como la niña.
Otra cuestión fundamental de los books de fotos de bebés o de niños es que las sesiones no sean muy largas, pues aunque te hayas ganado su confianza y su complicidad, ésta no va a durar demasiado tiempo. Si la niña se cansa es preferible parar la sesión, porque estando de mala gana no vas conseguir ninguna fotografía que merezca la pena. Haciendo una pausa para ver si recupera la atención queda la posibilidad de poder continuar más adelante, mientras que forzando la situación habrás dado por acabada la sesión. Y, te pongas como te pongas, se acabaron los books de fotos.
Una vez ganadas la confianza y la complicidad, tendrías que crear una iluminación suave y poco contrastada para potenciar las cualidades de la modelo, y dirigir la sesión. Pero esa es ya otra faceta de un fotógrafo profesional de la que hablaremos otro día.
